La verdad es que el solo hecho de pensar en la llegada de un bebé puede ser agobiante para muchos. Pues son muchas cosas para organizar y tener que conciliar (casa, trabajo, familia, organización, etc.), y queremos hacerlo lo mejor posible.
Por supuesto, otro factor que debemos saber gestionar muy bien es nuestro estado emocional, ya que supondrá una serie de cambios en nuestras vidas.
No solo necesitarás una habitación para tu hijo o hija, sino que también necesitarás espacio para almacenar su gran cantidad de artículos personales que con el tiempo se irán acumulando (cochecito, cambiador, ropitas, juguetes, etc.).
No obstante, todo el mundo tiene sus propios métodos para hacer frente a aquellas nuevas situaciones de estrés que se puedan presentar en nuestro día a día, especialmente cuando se trata de la llegada un nuevo miembro a la familia.
Las diversas experiencias de todos los que ya pasaron por la época de “ser padres”, nos muestran que cuanto más tranquilos y conscientes seamos, más suave y tranquila será la transición. Es decir, la viviremos de un modo más pleno disfrutando al máximo de cada momento.
¿Dónde Dormirá el Bebé?
Lo primero de todo, es tener claro donde dormirá el bebé. Durante los primeros meses, lo más natural es que queráis colocar la cuna en vuestro dormitorio. De esta manera, será más fácil y cómodo darle sus correspondientes tomas nocturnas, así como la tranquilidad de tenerlo cerca por si llora o le ocurre algo.
Ahora bien, a medida que vaya creciendo, y, especialmente cuando tenga que pasar de la cuna a la cama, necesitará tener su propia habitación.
Por tanto, siempre que vuestra vivienda os lo permita, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
Su Espacio
Por lo general, los niños suelen necesitar mucho espacio tanto para jugar como para guardar sus cosas. Así pues, si es posible que tu hijo cuente con un amplio dormitorio, además de para dormir podrá utilizarlo como zona de juegos, para hacer las tareas del “cole”, etc. Es cuestión de saber sacarle partido al dormitorio.
Ubicación del Dormitorio
Hasta que el niño no tenga unos 6 añitos aproximadamente, sería recomendable que su habitación esté cerca de la de los padres. De este modo, si llora y se despierta a medianoche o está enfermo y tienes que cuidar de él, siempre será más fácil escucharlo y más práctico a la hora de tener que estar pendiente.
Así mismo, es importante que la habitación no sea muy ruidosa, ya que le ayudará a conciliar antes el sueño y a concentrarse mejor en sus tareas.
Luminosidad de la Habitación
Siempre que sea posible, la luminosidad es un factor fundamental que no debe faltar en una habitación. Pues además de aportarnos múltiples beneficios, su temperatura en invierno será más agradable gracias a la luz solar.
¿Cómo debe ser la Habitación del Bebé?
Una vez que hayáis decidido cuál será la habitación de vuestro bebé, llega el momento de pensar como la queremos y acondicionarla para tenerla a tiempo en su llegada. Por ejemplo, un aspecto importante del dormitorio del pequeño es que debe ser cálido y acogedor.
Por eso es tan importante comprobar que la temperatura sea lo suficientemente alta en invierno como para mantener un ambiente confortable, y no demasiado alta en verano para mantener fresca la habitación.
En el caso de un niño recién nacido, no es necesario comprar mobiliario como mesas o sillas, si bien es cierto que las necesitará más adelante.
Sin embargo, en esta primera fase de su vida en que todavía duerme en la cuna, lo que sí sería esencial es contar con el suficiente espacio en su habitación para colocar en ella el cambiador, cochecito, el moisés (en caso de que también lo vayas a utilizar), el parque y un armario y/o cómoda para guardar tanto sus ropas como los diferentes accesorios que irá acumulando.
Dicho esto, al menos por ahora, concéntrate en mantener tu habitación libre de cualquier tipo de mueble que no sea rigurosamente necesario.
Básicos para el Descanso de tu Bebé
Lo esencial es no volverse loco y comprar por comprar, especialmente cuando se trata de padres primerizos. Debemos planificar previamente qué es lo que realmente vamos a necesitar en función de nuestros hábitos y estilo de vida, así como aquello que resulte más cómodo tanto para el bebé como para nosotros.
Cuna, Minicuna y Moisés
Dado que este suele ser un problema muy común entre aquellos que son padres por primera vez, en este artículo compararemos las tres opciones para que podáis elegir la que mejor se adapte a vuestras circunstancias.
Cuna
- Se trata sin duda de la opción más duradera, ya que es posible utilizarla desde que nacen hasta aproximadamente los 2 o 3 añitos. Por otro lado, siempre en función de los respectivos modelos, se suelen llevar poco de precio con las minicunas y moisés.
- Naturalmente, pesan más (pues suelen ser más robustas) y ocupan un mayor espacio en el dormitorio.
- Hoy en día existen muchos modelos que ofrecen la posibilidad de realizar colecho, es decir, permiten unir la cuna a la cama de los progenitores.
Minicuna
- La minicuna es la opción más versátil de estas tres opciones, ya que normalmente son plegables, de poco peso y ocupan un menor espacio en la habitación.
- Por su tamaño, únicamente se podrá utilizar hasta que el bebé tenga unos 6 meses.
- Permite tener al pequeño más próximo a los padres y también más recogidito.
- Al igual que sucede con las cunas, también hay minicunas que permiten hacer colecho, si es que fuera vuestro caso.
- Existen algunos modelos reclinables que pueden servir, por ejemplo, para favorecer la digestión del bebé.
Moisés
- Esta última es la opción más ligera de todas. Suelen ser de mimbre y tienen asas para poder moverlo y llevarlo de una habitación a otra, lo que resulta muy útil en las primeras semanas de vida del bebé.
- Eso sí, solo podemos utilizarlos durante los primeros meses, más o menos hasta que el bebé tenga unos 4 meses aproximadamente, ya que normalmente son más pequeños que las minicunas.
- Por lo general, el colchón de un moisés suele ser más finito.
- No se pueden reclinar ni hacer colecho.
- Resulta más económico que una minicuna de madera.
Recuerda que el bienestar en el descanso de vuestro pequeño debe ser la prioridad a la hora de decidiros por una u otra opción, además de adaptarse a lo más cómodo para todos.